jueves, 14 de marzo de 2013

BLANCO ENEA

Plaza de San Pedro
Córdoba


Estos son los comentarios de unos aventureros gastronómicos que han estado en BLANCO ENEA, 


Se trata de nuestra segunda visita. El lugar transmite sencillez y quietud por su decoración, de estilo minimalista, simple pero cálida; paredes blancas, enea enmarcada en madera, azul Cadaqués, guiños gallegos, versos en las paredes, vajilla blanca .... El trato es directo, los camareros te escuchan y te aconsejan y José María a los fogones, que es lo suyo. 

Estamos ante un discípulo de Juan Mari Arzak y de Ferrán Adriá que al fín ha conseguido establecerse en la sin par y castiza plaza de San Pedro desde donde nos asienta el estómago, y de qué manera. Tiene estructurado el negocio en tres ambientes: el primero se corresponde con la entrada y es la taberna o gastro bar como ahora denominamos a estos sitios donde se miman las recetas clásicas aportando un poco de innovación. Aquí la carta es para tapear, para compartir momentos y sabores. En este mismo nivel hay una habitación espaciosa, separada del resto del establecimiento que se reserva para quienes en ocasiones deseen "mantenerse al margen" de la propia vida del local. Por último y sería el tercer ambiente, está el restaurante. Ubicado en la primera planta detrás de una puerta que es una auténtica vidriera y donde una espectacular lámpara nos alumbra desde el hueco de la escalera. Pocas mesas, estancia pequeña y luminosa, ambiente acogedor, buenas vibraciones sin duda como decía al principio.

Por esta vez elegimos cenar en el restaurante, y mientras subíamos, tomamos un vino fino de Montilla-Moriles ecológico. Ya en la primera planta nos dejamos recomendar por el camarero que nos atendió, aunque la verdad, se echa en falta una carta algo más extensa. 




Tomamos un salmorejo con mojama y dados de vermú, que viene servido en un plato hondo y grande que los engrandece. Es una variación del plato cordobés por antonomasia, donde las ralladuras de la mojama le hace variar el sabor. 
Muy bueno. 



Continuamos con un entrecot de buey gallego y con un rodaballo a la "allada". 


El entrecot lo pedí muy poco hecho y a decir verdad estaba muy jugoso, con una presentación muy conseguida, cortado en trozos alargados acompañados de patatas asadas con su piel y pimientos verdes fritos. Lo acompañé con tinto de la casa, un Cariñena que cumple su papel a la perfección. 


El rodaballo, presentado en plato hondo estaba en su punto exacto, blanco y delicioso, y sin duda haciéndole un guiño a Galicia por la allada, pues no olvidemos que estamos compartiendo lugar con la Casa de Galicia en Córdoba. 


De postre tomamos compota de frutas de invierno con helado, que es una combinación de orejones, ciruelas pasas y uvas pasas con helado, de manera que la mezcla resulta sorprendente (masticar las frutas con el helado da como resultado un sabor riquísimo) 
 
y brownie de chocolate con helado de chocolate, donde tomaremos el chocolate de tres maneras: semi líquido en la base, una galleta espesa y exquisita en medio y un helado coronando la obra, de manera que al mezclarlos en la boca apreciaremos el chocolate en varias texturas y varias temperaturas. Espectacular.

 

Lo que más nos gustó:) 
  • Ambiente relajado, trato con el personal

Lo que menos nos gustó:( 
  • Habría que potenciar más la carta

    Como conclusión, le auguro a Blanco Enea un futuro esperanzador, donde su alma máter José María González Blanco tiene por delante toda una carrera de fondo para no dejar de investigar y de innovar, como cuando estaba en el laboratorio con Arzak, para parir sus caprichos por los siglos de los siglos. Amén.
    JCM.

2 comentarios:

  1. Estupendos reportajes.
    Me recomendó el blog José Maria Gonzalez Banco, de Blanco Enea y me alegro de que lo hiciera.
    Saludos

    micocinayotrascosas.com

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  2. Muchas gracias Chari, eres una magnífica bloguera, Paseos por Córdoba y su Sierra y Mi cocina y otras cosas son Blogs referentes en Córdoba, enhorabuena y muchas gracias por tu comentario ;)

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